Navarro: «Le pido a 2017 que empecemos a superar el déficit de unidad que nada bueno nos aporta»
«La CEV ha sabido suplir la falta de oficinas comarcales con un mayor acercamiento y coordinación con nuestras asociaciones territoriales y FAES es un gran exponente de esta colaboración». Con estas palabras, el presidente de la CEV, Salvador Navarro, define la «excelente» relación con la Federación de Asociaciones de Empresarios de la Safor y su presidente, Rafa Juan, a quien le agradece su compromiso al igual que a las empresas de la comarca. A lo largo de la siguiente entrevista, conoceremos la última hora de los temas más candentes de la actualidad de la Confederación como son: el modelo económico del Consell y la financiación, el Plan de Envases Retornables y la «crítica» situación de CIERVAL de la que Navarro apunta la necesidad de grandes cambios que «exigen la participación y compromiso de las partes, sin eso poco se puede hacer».
¿Cuál es, en estos momentos, la situación que presenta la Confederación Empresarial Valenciana?
Desde una perspectiva económica y financiera, en la CEV tuvimos el acierto de anticiparnos e iniciar hace 5 años el proceso de reforma y adaptación que exigían los grandes cambios que han traído consigo la crisis económica y financiera que ahora empieza a repuntar. Con estos cambios conseguimos afianzar una CEV solvente y sostenible económicamente que avanza hacia la independencia total del presupuesto público, ese es nuestro objetivo. Al mismo tiempo, este gran avance hacia la independencia económica del sector público que comparten los empresarios de la CEV nos otorga credibilidad ante nuestros interlocutores y asociados. Nuestra única dependencia es la que tenemos con los empresarios y sus intereses.
¿Qué cree que debería de hacer la Comunitat para que nos tengan en cuenta en Madrid y Bruselas?
Esa es otra de las grandes transformaciones que tenemos pendiente los empresarios y toda la sociedad valenciana. Somos únicos trabajando individualmente, y ese es un gran activo, pero debemos anotarnos en nuestro debe la gran asignatura pendiente de trabajar en equipo, de poner el acento en lo que nos une y no en lo que nos separa. Esto es lo que reclamos también a nuestros políticos para que la voz valenciana sea escuchada y además tenida en cuenta.
¿Qué solución plantea la patronal para resolver el problema de la financiación autonómica?
Existe ahora una conciencia colectiva de que esa reforma debe producirse sí o sí. Sin duda, es una de las cuestiones en la que toda la sociedad civil valenciana está de acuerdo y de hecho existe ahora una unidad con pocos precedentes para exigir esta reforma. Creo que el gobierno central no puede posponer mucho más tiempo esta justa demanda de los empresarios y de toda la sociedad valenciana.
¿Cuál es su opinión respecto al modelo económico del Consell?
El Consell gobierna con serias limitaciones presupuestarias que condicionan su capacidad de actuación. En este sentido, la CEV ha estado y estará siempre a su lado, y así lo trasladamos al President en nuestra primera reunión con él tras llegar al Consell, defendiendo la reforma del modelo de financiación autonómica y el equilibrio de las inversiones en los diferentes territorios. Se ha acabado el callar ante la discriminación. Por otro lado, termina el año con buenas noticias: desbloqueo de Parc Sagunt e instalación de la base logística de Mercadona en ese espacio, el anuncio de inversiones del puerto para el Corredor Cantábrico… Buenas noticias para nuestra economía. En contrapartida, en ocasiones echamos de menos un mayor diálogo del gobierno con los empresarios a la hora de tomar decisiones que afectan a nuestra actividad.
¿Qué opina del proyecto del Plan de Envases Retornables que prevé la Generalitat implantar de cara al 2018?
Esta es una de las cuestiones en las que tenemos que lamentar esa ausencia de diálogo a la que me referido. Nos dicen que quieren dialogar pero para nosotros dialogar no es imponer. La CEV está del lado de sus asociaciones y empresas afectadas que rechazan este sistema por considerar que existe recorrido para mejorar la recuperación de envases, objetivo compartido por todos, pero sin incurrir en costes adicionales para los comerciantes, distribuidores, servicios de hostelería y otros sectores. Es un proyecto que, además, no tiene debidamente documentado el supuesto beneficio de su implantación.
Hace unas semanas, el Comité Ejecutivo y la Junta Directiva de FAES se reunieron para analizar y tomar posición sobre la «crítica» situación que atraviesa la organización autonómica CIERVAL… ¿Cuál es la última hora?
CIERVAL presentó el 5bis el pasado 19 de diciembre y ahora tenemos cuatro meses por delante para intentar resolver lo que hasta ahora no hemos sido capaces de resolver. Los grandes cambios exigen la participación y compromiso de las partes, sin eso poco se puede hacer. Y la necesidad de cambio, tal y como demuestra la situación de nuestro entramado asociativo, es urgente e irrenunciable. Tenemos, por tanto, un nuevo plazo para reconsiderar la reforma de los Estatutos de CIERVAL que asegure su solvencia económica, pero, insisto, exige voluntad y compromiso de todas las partes. CIERVAL lo que tiene pendiente es la reforma que inició la CEV hace cinco años, como ya he apuntado. Una reforma profunda que adecúe los procedimientos, estrategias y financiación a los nuevos tiempos. Cuando todo cambia, cuando cambia el escenario de actuación, el baile tiene que ser otro.
¿Cómo es la relación que mantiene la CEV con la Federación de Asociaciones de Empresarios de la Safor?¿En qué consiste esta colaboración mutua?
Excelente, tanto con FAES como con su presidente. La CEV mantiene una estrecha relación basada en la mutua colaboración y apoyo. Quiero aprovechar este espacio para agradecer este compromiso de FAES y de Rafa Juan con las empresas de la comarca y también con la CEV, y de ofrecernos su logística, su sede, para dar traslado, proyectar y ejecutar en la comarca muchas de las actuaciones que realiza la CEV. La CEV ha sabido suplir la falta de oficinas comarcales con un mayor acercamiento y coordinación con nuestras asociaciones territoriales y FAES es un gran exponente de esta colaboración.
La CEV, también, cuenta con presencia en la Safor… ¿cómo ve la comarca?
La Safor es una comarca estratégicamente situada que cuenta con un potente tejido empresarial de más de 10.000 empresas que se caracterizan por su dinamismo y su vocación exportadora. Las empresas de la Safor han sabido adaptarse a los nuevos tiempos, han conseguido superar la crisis gracias a la transformación de sus procesos y modelos negocio a los que se ha incorporado el conocimiento, la innovación y la tecnología como palancas estratégicas para acceder a otros mercados. Ese es el buen camino y así hay que reconocerlo.
En líneas generales, ¿cuáles son las principales preocupaciones de la Confederación y sus empresarios?
Una vez resuelta su viabilidad económica con los cambios que hemos venido realizando en los últimos años, la máxima preocupación de la CEV es resolver con éxito la representación de los empresarios de la Comunitat Valenciana. Esa y todas y cada una de las preocupaciones de nuestros empresarios son nuestra preocupación.
¿Cuáles son los objetivos que se han marcado de cara al próximo Año Nuevo?
La CEV tiene trazada una hoja de ruta y el objetivo que tiene marcado es su seguimiento y ejecución. El objetivo de la CEV ha sido siempre, desde su constitución en 1977, la defensa y representación de los intereses empresariales. Y este objetivo permanece inalterable. Lo que sí han cambiado son las estrategias y las formas de actuación y en este cambio cabe destacar la mayor colaboración y participación de los empresarios en el día a día de la organización.
¿Cuál es su deseo para 2017?
Más empleo y que la mala época que hemos vivido en la Comunitat Valenciana, crisis, corrupción, desatención del gobierno central, división de los políticos valencianos… nos sirva para tomar conciencia de que nuestros problemas los tenemos que resolver nosotros y nuestros intereses tenemos que defenderlos nosotros. Le pido a 2017 que empecemos a superar este déficit de unidad que nada bueno nos aporta.